El tatuaje es una forma de expresión que entra por los ojos, pero sobre todo, si se hace con consciencia, puede transformar a un nivel más profundo.
Los tatuajes pueden considerarse como algo que embellece estéticamente hablando, por supuesto atendiendo al gusto personal, aunque lo que realmente nos impulsa a tatuarnos es lo que representan para cada uno de nosotros. Nuestra identidad se refuerza y nuestra esencia se ensalza.
El tatuaje no es una moda, para muestra, lleva presente desde hace milenios en prácticamente todas las culturas. Se convierten en moda determinados diseños que se tatúa un gran grupo de la sociedad en un momento determinado.
En cada uno de nosotros está la decisión y motivación personal de querer llevar tatuado para siempre algo que nos mueva de forma sincera o algo que tenga una intención de seguir la tendencia o la aceptación social del momento.
El tatuaje ancestral es algo más que una obra de arte. Es importante escuchar y conocer a la persona que viene a tatuarse. Los símbolos se conectan para hablar de uno mismo, se puede honrar a los antepasados, representar acontecimientos importantes de la vida, cualidades personales, lazos familiares…